Retrato de Malvina Fiore con cabello ondulado negro y largo, vestida con una blusa lila, sosteniendo una flor en su mano junto al corazón, frente a cortinas de color burdeos.

MALVINA FIORE

Desde una temprana edad, Malvina Fiore encontró en la pintura al óleo su lenguaje más puro. Criada en un entorno que fomentaba la creatividad y la introspección, dedicó sus primeros años a perfeccionar una técnica que más tarde se convertiría en la base de su distintivo estilo.

Su pasión por la narrativa visual y la exploración de lo intangible, la llevó a estudiar Bellas Artes en la Universidad de Granada, donde desarrolló una sólida formación técnica y conceptual. Durante estos años, perfeccionó su dominio del color, la composición y las texturas, mientras comenzaba a esbozar un lenguaje artístico cargado de significado y profundidad emocional.

Con la determinación de unir su amor por el arte con su fascinación por los arquetipos y las metáforas universales, Malvina Fiore continuó su formación en la Universidad de Barcelona, donde se especializó en Simbología. Este enfoque académico le permitió profundizar en la conexión entre las imágenes y su capacidad de comunicar verdades universales, creando obras que trascienden el tiempo y el espacio. Fue allí donde nacieron sus musas silenciosas envueltas en misterio y los paisajes que parecen salidos de un sueño.

Retrato de Malvina Fiore con cabello ondulado negro, vestida con blusa lila, sosteniendo una flor rosa cerca del rostro, frente a cortinas de terciopelo rojo.

Lugares en los que ha estado





Centro Damián Bayón

Santa Fe, Granada

Sala de Exposiciones Vicente Noguera & Sala de Exposiciones Gregorio García Sánchez

Torre Pacheco, Murcia

Capilla de Santa Teresa del convento de Nuestra Señora del Carmen & Claustro del antiguo convento de San José

Caravaca de la Cruz, Murcia

Centro de Artes Escénicas (CAES)

Torre Pacheco, Murcia

De Italia a los Sueños

El destino de Malvina Fiore estaba escrito en los objetos que la rodearon desde su infancia. En el corazón de su hogar, un estudio bañado por la luz tenue donde pasaba las tardes dibujando, se encontraban piezas únicas que habían sido traídas desde Italia por sus padres durante su luna de miel: esculturas delicadas, cuadros al óleo de pintores desconocidos y espejos que parecían guardar secretos. Aquella atmósfera, impregnada de historia y belleza, despertó en ella un amor profundo por lo etéreo y lo simbólico.

En un rincón especial de su mundo, también estaba la tienda de antigüedades de Rómulo, un hombre de mirada gentil y elocuente, cuyo nombre evocaba al legendario fundador de Roma. Allí, Malvina descubrió que esos objetos no eran solo decoración; eran maestros silenciosos trayendo de vuelta un fragmento del espíritu creativo que impregnaba las calles y museos de Italia. Una escultura evocaba el movimiento de los grandes renacentistas; un lienzo desgastado mostraba los trazos de un artista anónimo con un talento extraordinario…

La tienda de Rómulo, más que un lugar, era una cápsula de inspiración, y cada visita despertaba en ella preguntas y emociones. Así, su infancia se convirtió en un diálogo constante con el pasado, en una búsqueda por conectar lo vivido y lo soñado. Primero, a los ocho años, con su primera caja de óleos en la mano.

Hoy, Malvina Fiore es reconocida por su capacidad única de convertir sueños en imágenes, de tejer narrativas donde lo antiguo y lo contemporáneo se entrelazan. Su obra, un homenaje a la herencia italiana y a su pasión por los significados ocultos, sigue cautivando a quienes se atreven a mirar más allá de lo evidente.

Figura decorativa de un hombre sentado, vestido con ropas del siglo XVIII, con una rosa de cerámica de origen italiano a su lado y fondo de cortina roja, en el estudio de Malvina Fiore.

Entra en el jardín de los sueños.